lunes, marzo 24, 2008

25 años después.

El XIV Congreso Nacional del Partido, en el año de 1982, consagró a Alan García como secretario general de su Comité Ejecutivo Nacional. La juventud de aquél entonces jugó un rol determinante en lograrlo. Empero, por una discrepancia interna de los líderes jóvenes de esa época, la secretaría nacional de juventudes fue ganada, por tan solo trece votos de diferencia, por José Barba Caballero, uno de los portaestandartes de los sectores conservadores del partido. Pero como no hay mal que por bien no venga, ese hecho nos llevó a los nuevos cuadros a alejarnos de los ya desgastados liderazgos que provocaron la derrota. Valga la pena mencionar que una de las primeras decisiones de Pepe Barba fue declarar en reorganización al Comando Nacional de la JAP.



Fue así como jóvenes de entre 19 y 22 años, todos dirigentes o ex dirigentes de comandos JAP de Lima y Callao, nos articulamos autónomamente, sin dirección o padrinazgo alguno de los cuadros adultos y decidimos organizarnos para recuperar a la JAP. Lima era entonces la mitad del tamaño de lo que es ahora, así que la movilización y el contacto era sumamente sencillo.



Un rol determinante en lograr esta articulación lo tuvo el Movimiento de Renovación Estudiantil (M.R.E.) de la Universidad Federico Villarreal, el mismo que había aparecido como un deslinde con las fuerzas tradicionales en conflicto en la Universidad, el CUA, el ARE y el IDE, todas ellas apristas, pero lideradas por ya desgastados dirigentes, pertenecientes a lo que hoy llamaríamos la promoción 70-80, protagonistas de la confrontación armandistas-andresistas. La nueva juventud fue testigo del progresivo desmoronamiento de la ya avejentada forma de hacer política y del alejamiento de los estudiantes respecto a conductas y actitudes que tuvieron éxito en épocas de la lucha contra la dictadura militar, pero que ya no cabían restituidas las libertades democráticas.



Los japistas que estudiábamos en la Villarreal fuimos el núcleo en torno al cual se organizó el nuevo bloque juvenil que debería reconstruir la JAP. Ahí estuvieron Miguel Rosas, Mayta Alatrista, Javier Cámara,.Carlos Valdez, Miguel Facundo, Ricardo Lara, Luis Alberto Sánchez Huamán, sumándose Miguel Hurtado, Renato Dávila, Roberto Oliveros entre otros.



En base a una inteligente política de diálogo con la nueva dirigencia del partido, se logró que la Comisión Organizadora del VIº Congreso Nacional de la JAP estuviera presidido por alguien de nuestro equipo, por el c. Mayta Cápac Alatrista. Con la garantía de una gestión idónea al frente de la Comisión, decidimos que era el momento de apuntar a la conquista del Comando Nacional de la J.A.P., pero con un nuevo perfil que estuviera a tono de los nuevos tiempos y de los retos que el Partido y sus juventudes debían asumir luego de la desaparición física de Haya de la Torre, fuera del cambio cualitativo de la Sociedad Peruana luego del reformismo militar.



Inspirados en el reto que el Jefe del Partido hiciera a la Federación Aprista Juvenil (F.A.J.) “Quiero que vengan generaciones nuevas que nos superen y nos venzan” , decidimos llamarle a nuestra propuesta: NUEVA GENERACIÓN.



Sabíamos lo que eso significaba, el “viejo” en los años 60 había tenido que afrontar la disidencia de los ”jóvenes casistas” (seguidores de Lucho de las Casas) quienes cuestionaban a la ”vieja guardia”, de ahí que surgiera la famosa frase: “ni vieja ni nueva guardia, sino apristas en guardia”. Fueron otras épocas. La nuestra había visto el conflicto y la división de los fundadores del Partido, demostrando su ya notoria incapacidad para conducir nuestros destinos. Era el momento de la Renovación, y nada mejor que expresarla en el cumplimiento de un reto: Forjar una Nueva Generación Aprista.



Fue en una madrugada, en la Calle Belén del Centro de Lima, que nació el Movimiento de la Nueva Generación. Hoy hace 25 años de ello. Y la herejía de ayer, por la que connotados líderes del partido, vivos aún, nos combatieron y reprimieron, es la verdad aceptada de hoy, la existencia de generaciones y la necesidad urgente de renovar la política en nuestro país, con responsabilidades históricas puntuales. Lo reconoció Armando Villanueva en el mitin de la Fraternidad: “Mi generación conquistó la libertad, a la de ustedes le corresponde lograr la justicia social”.



Y así es, la generación de Haya de la Torre lideró a las promociones subsiguientes en la conquista de la democracia y la libertad para nuestros pueblos. Corresponde a los que fuimos jóvenes en los 80 convertirnos en la nueva generación que inicie la brega para la construcción de la justicia social en estos nuevos tiempos. Ese es el designio y el reto para transformarnos en generación. Veinticinco años después, cumplida nuestra etapa de formación y ya de lleno en la etapa de gestión, debemos de cumplir con nuestro destino.

CURSO EN DESARROLLO INTEGRAL JICA - JAPON.

CURSO COHESIÓN SOCIAL Y LOS BICENTENARIOS. FIIAP - AECID.

PREMIACIÓN A LA MUJER CAJAMARQUINA

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