sábado, agosto 23, 2008

VISIÓN DE CORTO Y MEDIANO PLAZOS.

Muy a pesar de lo urgente que era que el país escuchara la exposición del Ministro de Economía, Luis Valdivieso, entre la interpelación a la ministra Zavala y la derogatoria de los DD.LL. 1015 y 1073, ésta no ha tenido la atención necesaria por el gran público.

La exposición de Valdivieso se ha enmarcado dentro de lo que se ha venido exigiendo desde tiempo atrás, considerar las verdaderas condiciones de la economía peruana y comenzar a promover el ahorro privado y la moderación del gasto público, en función a la determinación de prioridades sociales.

Debo resaltar algo de la propuesta de Valdivieso en lo que es necesario poner hincapié, como verdadero tema de fondo del problema del país: el desarrollo de la cultura del ahorro en contraposición de la cultura consumista que nos abruma tanto hoy en día. Ha sido categórico el ministro, menos celulares, menos tarjetas de crédito, menos consumo suntuario y priorización de la austeridad y el ahorro. En pocas palabras, no se trata de crecer por crecer. Lo que nos lleva a la imperiosa tarea de la planificación concertada. Menudo trabajo que le espera al flamante Centro de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) para comenzar a imponer una visión de mediano y largo plazo tanto en el Estado como en la ciudadanía y el sector del empreariado.

Y hablando del mediano plazo, de eso se escuchó muy poco en la exposición del ministro de economía. Hay que repensar el rumbo económico conociendo nuestras verdaderas limitaciones, tanto a nivel de capacidad instalada como de recursos humanos. Desde nuestro punto de vista, que hasta ahora no falla tanto, ha llegado la hora de retomar viejas propuestas, pero de gran actualidad, como es el Congreso Económico y el Pacto Social.

El Perú necesita, urge, explotar sus recursos, sus riquezas, sostenidamente para sustentar su crecimiento y desarrollo integral. Pero ello no se puede alcanzar sin una visión compartida de país. Y a ello debemos llegar todos los factores de la economía nacional, empresas, trabajadores, consumidores y Estado. ¿Cuál debe ser el ámbito de discusión? Pues el Congreso Económico Nacional. Es el mejor momento para crear este foro y generar los consensos para el desarrollo. El Perú está avanzando, es cierto, pero ha llegado un momento en que debemos ponernos de acuerdo en las reglas de juego y en diluir muchos prejuicios, subjetivos, existentes. ¿Qué mejor que el C.E.N. para hacerlo? De ahí debe salir además el verdadero Pacto Social, cuyos ejes sean el combate contra la pobreza y el desarrollo pleno de capacidades para las comunidades rurales en extrema pobreza.

Es responsabilidad del Gobierno central no perderse en el día a día y promover más bien una visión consensuada de futuro.

En el 77 aniversario del Discurso Programa de la Plaza de Acho

jueves, agosto 21, 2008

PELIGROSA POLARIZACIÓN.

La verdad que el panorama político se está poniendo muy caliente en estos días. A la subida de la gasolina, los problemas del abastecimiento de energía, la movilización de los empleados civiles de las fuerzas armadas, ahora se ha sumado el problema del decreto legislativo conocido como la “ley de la selva”. Debemos considerar también los recientes resultados de la encuesta nacional de Ipsos Apoyo, donde lo más preocupante resulta ser la percepción que sobre los líderes apristas del gobierno tiene la gente.

Todos los analistas serios coinciden en resaltar el inmenso espacio vacío que se ha dejado en el centro político. Espacio que históricamente le correspondía al aprismo. Al que nosotros doctrinariamente podríamos denominar de izquierda democrática o centro izquierda. La concesión que se ha hecho a ambos extremos es demasiado peligrosa. Con el agravante de que quienes se aprovecharán de ello son nuestros peores enemigos, el humalismo y el fujimorismo. Ambos considerados fácilmente como outsiders del actual momento político del país. Tras del humalismo, lo sabemos, está la clásica izquierda cavernaria antiaprista, tras del fujimorismo la mafia corrupta y corruptora que expolió a nuestro país e hizo tabla rasa de los derechos sociales durante la pasada década. Ninguna de estas alternativas le asegura gobernabilidad al Perú. En ambos escenarios caminaremos a la confrontación social. Con el agravante de que los dos nos quieren sacar votos para después darnos una soberana patada por la espalda (recordemos sino julio de 1990).

Es cierto, también, que en situación de campañas electorales sea tácticamente válido promover la polarización para sacar provecho de ella. Como en la segunda vuelta del 2006. ¿Pero es dable recurrir a este procedimiento cuando se es gobierno? Pienso que no. Es demasiado riesgoso. Más aún cuando nos quedamos desubicados políticamente y la gente nos percibe como parte de la polarización. De ahí a la confrontación interna no hay sino un paso. Y siempre el que pierde es el gobierno. Tal como ocurrió en 1987.

No es el momento para polarizar. Por el contrario, es el momento de conciliar posiciones, de concertar buenas voluntades. Los que no quieran hacerlo serán los que queden descalificados ante la opinión pública. Que es a quien hay que reconquistar. Con niveles de desaprobación como los actuales, no nos podemos dar el lujo de jugar a imponer “la ley y el orden”, porque ese camino sólo conduce a convocar a fuerzas que después no se pueden controlar. Y siempre es preferible la peor de las democracias que la mejor de las dictaduras.

Lima, 20 de agosto del 2008.

CURSO EN DESARROLLO INTEGRAL JICA - JAPON.

CURSO COHESIÓN SOCIAL Y LOS BICENTENARIOS. FIIAP - AECID.

PREMIACIÓN A LA MUJER CAJAMARQUINA

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