“BASTA YA A LAS POLÍTICAS DEL PASADO”

La mayor de las virtudes de los avances en la tecnología de la información, es la inmediatez con la que podemos conocer los sucesos políticos en el resto del Mundo. Lo que lleva a que ineludiblemente esos hechos influyan en nosotros. Contribuyendo a enriquecer los “valores universales” que reivindicaba Haya de la Torre.
La frase que titula este comentario fue dicha ayer por Barack Obama durante su discurso de aceptación de la candidatura demócrata a la presidencia de los Estados Unidos. Y no resulta la expresión de un romántico o un radical liberal (izquierdista para la usanza norteamericana), sino como bien lo expresó ayer noche, la expresión de un pueblo que está harto de lo mismo y lo mismo.
Contrario a lo que pudieran pensar los defensores del stablishment, la decadencia de los Estados Unidos no ha sido denunciada únicamente desde la izquierda. Un autor tan significativo para el conservadorismo norteamericano como Francis Fukuyama, se ha dedicado en los últimos años a estudiar el proceso de ruptura dentro de su sociedad (ver “Confianza”). Para quienes tienen la oportunidad de ver en el Cable las emisiones de la CNN y sus campañas para la recuperación de los valores, en una sociedad que se preciaba de tenerlos, ello no resulta sino expresión de la grave situación en que se encuentra el gran país del norte.
La propuesta de Obama, a pesar de todo, no resulta tan nueva. No habría sino que recordar las luchas dentro de los Estados Unidos a fines del siglo XIX contra los afanes imperialistas de los grandes monopolios, y que justamente como denunciaban sus detractores, llevaría a la pérdida de los valores originales de la “nación americana”. El aislamiento norteamericano hallaba fundamento en la guarda de sus propósitos de encontrar la felicidad por sí mismos. Tan es así, que siempre los gobiernos se han cuidado bien de convencer a sus ciudadanos que toda intervención bélica se debía a la respuesta de una agresión o un acto de prevención. Contrario a lo que se pudiera pensar, está en el espíritu del ciudadano norteamericano, la búsqueda de la paz que le permita disfrutar de su propio estilo de vida.
Empero, los grandes poderes económicos que se escudan tras un concepto muy amplio de la “libertad”, en base a la manipulación de los avances de las ciencias, han logrado hasta el momento manipular las conciencias de su pueblo. Hasta ahora, en que 45 años después, el sueño de los fundadores de la nación y sus seguidores, renace, por las ilusiones que un candidato de la nueva generación de políticos ha desplegado.
Por otro lado, lo expresado hoy durante la anunciación de quién sería la candidata a la vicepresidencia de los republicanos, demuestra la permanencia del sentimiento guerrerista y conquistador de la otra facción del país, la que está impulsada por el gran capital
En 1961, el año que Obama nacía, Estados Unidos vivió una contienda electoral histórica y similar, entre los principios y los valores, y la corriente guerrerista imperialista. Kennedy fue el primer presidente católico. Obama podría ser el primer presidente negro. El gobierno de Kennedy significó un relanzamiento de las esperanzas del cambio en todo el Mundo. Obama, por el poder la globalización, ya está removiendo las conciencias de todo el Mundo.
No sé – lo reitero- si dejarán ganar a Obama o, como ocurrió con JFK, no lo dejarán culminar su mandato. Lo que sí sé. Es que nuestra generación, que es también la de Obama, pase lo que pase, por los propios efectos de la Globalización, no se quedará con las manos cruzadas, y esté donde esté contribuirá a realizar el sueño de un nuevo mundo armónico, justiciero y feliz.