JESÚS, UN REVOLUCIONARIO.

Un día, como en esta noche.
nació Un Revolucionario,
en medio de un crudo invierno,
en una casa ajena
y rodeado de pobreza.

Recién nacido ....
y perseguido
por los temores de la envidia
y la “nobleza”.

Malgrado los pesares
nunca dejo de ser
un hijo responsable.
Estudió y laboró,
cumpliendo con Sus Padres.

Un día llegó
en que debía cumplir también
con Su destino,
y Se fue al desierto,
a probar Su fortaleza

Cuarenta días y
Cuarenta noches.
Acechado de tentaciones
y peligros
(aunque son peores las tentaciones
que los peligros).

No cedió ni Se amilanó.
(¿Cuántos de nosotros
sucumbimos
sólo en esa
etapa de prueba?)
Ahí Se consagró Un Revolucionario.

Su fuerza es el Espíritu
y la Carne,
es la devoción
junto con la praxis.

TODOS SOMOS HERMANOS,
fue Su gran Ley.
(ni razas, ni riquezas, ni poderes
deben separarnos, porque,
simplemente,
somos iguales).

¿La revolución es sólo
la toma del Poder?
(¿Qué es el poder? ¿El mando?
¿El dinero? ¿El oropel?).

El poder más importante,
está en tí mismo.
El poder está en tu Templo,
en tu cuerpo y en tu Espíritu.

Ahí empieza la revolución:
En el control y el desarrollo
de tu Ser.

No es revolucionario
Quien aspira al poder por el poder,
Quien sólo busca la riqueza material,
Quien promueve la justicia como venganza.

Porque nada de ello
nos hace en realidad
Mejores.

La revolución cristiana
Es profunda, es individual
y también social.
Te toca a ti, a ti y a tí
....... y empieza por mí.

Y Jesús nació y vivió
Para demostrar que
Eso.... es posible.

Que esta Noche Buena,
JESÚS, el Maestro Revolucionario,
Renazca en nuestros espíritus
y nos de la fortaleza
para seguir Su camino.

Lima, 24 de diciembre del 2008.