miércoles, agosto 06, 2008

CULTURA Y CAPITAL SOCIAL.
Acerca de la marcha del Vaso de Leche.

El día de ayer las calles de Lima se congestionaron, más de lo que ya lo están, debido a la movilización de las mujeres integrantes de los Comités de Vaso de Leche de Lima y Callao. Como es por todos conocido, ellas exigían el no recorte de los presupuestos asignados a cada distrito para financiar el programa del Vaso de Leche. Para quienes de una u otra forma hemos tenido algún tipo de relación con este programa social, creado en la gestión de Alfonso Barrantes como Alcalde de Lima, sabemos que son ciertas las acusaciones de filtración de usuarios y de mafias en la gestión de los recursos, cuando no de clientelismo por parte de los alcaldes distritales.

Sin embargo, ¿cómo es que las principales afectadas por la corrupción y la “sanguijuela burocracia”, cuando se habla de corregir los errores del programa, salen en defensa de las mafias que viven y lucran a costa de ellas?

Ello se debe, entre otras cosas, a las deficiencias mismas que son comunes a la mayor parte de programas sociales que se aplican en nuestro país. Aquéllos se caracterizan por su carácter eminentemente benefactor, asistencialista, donde los beneficiarios se convierten en –y asumen el rol de- objetos. La organización es una fantasía, un engaño real que se ha instrumentalizado en un conjunto de procedimientos tradicionales: cuaderno de empadronamiento, fotocopia de documentos de identidad, firma de libros de actas, de vez en cuando elecciones amañadas, etc. Todos vicios de una institucionalidad falaz.

Muchos dirán, pero esos son los vicios del Perú de Hoy!!! Sí pues, así es. Son vicios de la hipócrita institucionalidad de las llamadas organizaciones sociales de base, las cuales mayormente se convierten en cotos privados de una argolla dirigente. Este es un mal nacional, desde, los clubes deportivos, pasando por las organizaciones populares hasta llegar a los Partidos Políticos. Por ende ya parte de la “cultura” nacional, por lo menos la criolla y la acriollada (he aquí otra línea de trabajo para el próximo Ministerio de Cultura)..

Es así como existe una costra dirigencial, seudo popular, que vive de las necesidades de los más pobres. Se entroniza en los cargos, cobra por sus servicios, se “profesionaliza” en su actividad, volviéndola ya un medio de vida (en ese sentido es que va mi crítica, no es contra quienes se desempeñan principistamente y por el tiempo que les corresponde en sus funciones).

¿Qué tiene que ver el concepto de Capital Social a todo esto? El capital social, sintéticamente, es la capacidad de articulación que tienen las comunidades, para -desenvolviendo en conjunto y coordinadamente sus capacidades individuales y colectivas- actuar sobre su entorno con la finalidad de cumplir con sus objetivos. El capital social se objetiva a través de las llamadas redes sociales de colaboración entre personas, las mismas que ayudan a complementar los esfuerzos que individualmente se podrían hacer. Es así como se producen las sinergias, donde el resultado de la combinación de las partes es mucho más que la suma de ellas.

El Perú por el carácter de la cultura andina, solía tener un capital social ingente. Como producto de la modernidad neoliberal aquél está desapareciendo rápidamente. De ahí la acelerada y progresiva desaparición de las redes sociales y la sustitución de las mismas por mafias corruptas y corruptoras.

El desconocimiento de la real situación del mundo popular, llevó a que a la hora de la formulación de los programas sociales, se olvidase este elemento fundamental de recuperación y fortalecimiento del capital social de nuestro país, en especial en los sectores populares, donde es que más se lo necesita.

Si en verdad se desarrollara el capital social, es decir se “empoderase” a los beneficiarios de los programas sociales, ellos mismos serían los principales fiscalizadores de su cabal funcionamiento, no permitirían que nadie “coma más de su pobreza”. Y, recordando a Víctor Raúl, ahí tenemos que decir “no hay que preguntar cuánto nos cuesta hacerlo, sino cuánto nos costará no hacerlo”. Sino que lo digan los funcionarios del gobierno que tienen la responsabilidad de hacer eficientes los programas sociales.

martes, agosto 05, 2008

LA CULTURA, EL CASILLERO QUE FALTA LLENAR.

El Presidente García en el mensaje del 28 de julio pasado ha efectuado la propuesta de la “reforma del alma” como un elemento indispensable para el enrumbamiento de nuestro país hacia el desarrollo. La tarea de la reforma, la ha planteado el presidente como una obra que comprende fundamentalmente el ámbito interior de cada persona, cómo ser en verdad mejores, como padres, hijos, vecinos, trabajadores, ciudadanos, en dos palabras, como seres humanos. Nunca hubo un llamado al pueblo tan trascendente como éste, sólo comparable a la proclamación auroral de Haya de la Torre a la “precursora revolución de los espíritus”.



¿Cómo es que hemos llegado a la situación actual, en que es necesario que un presidente de la República haga este tipo de llamados? Un sin fin de veces hemos comentado la característica de la crisis estructural que vive el Perú, y que se expresa en un solo vocablo: Anomia. Éste es un concepto sociológico creado por Emilio Durkheim, real fundador de la sociología. Pero fue un sociólogo norteamericano, Talcot Parsons quien estudió a profundidad el fenómeno. De acuerdo a este autor, la anomia es producto de la diferencia entre los objetivos y normas convencionales de vida en una sociedad, con las condiciones reales que ella misma crea para la acción por parte de sus integrantes. Es así como ante metas altas de realización individual, pero con carencia de condiciones materiales reales de alcanzarlas, se produce un comportamiento anormal que comienza a violar los valores y normas establecidas con tal de alcanzar aquellos objetivos.



En buen cristiano, la sociedad nos enseña los modelos de realización individual: una casita o un departamento bien amobladito, lleno de artefactos eléctricos (de esos que se ven en la publicidad cotidiana), un auto de marca, ropa a la moda, etc. Son los jóvenes y las mujeres los principales objetivos de la propaganda consumista, y a la par los más exigentes de que se cumplan sus mandatos. Pero no nos dá las posibilidades de tener los ingresos necesarios para pagar esos niveles de consumo. ¿Qué le queda al padre y madre de familia para cumplir el mandato familiar? Más aún cuando la sociedad te da pocas oportunidades para generar, sostener y multiplicar tu autoestima.



Las condiciones reales de la sociedad peruana no garantizan aún la sostenibilidad de un modelo consumista intensivo. Ergo, nunca alcanzarán los ingresos para solventar el modelo de vida impuesto. Por ende, la salida más fácil es buscarse la generación de ingresos “extras” con los cuales sustentar el gasto excesivo. Con el agravante que en muchas ocasiones la forma de agenciarse esos “extras” no se ajusten a la ley y mucho menos a la moral públicas.



El simplista procedimiento del castigo no es suficiente cuando el mal está generalizado en todos los estratos sociales. Siempre hay forma de evadirse de las penas si otros lo hacen también (los de “arriba”, los que “tienen vara”, etc.). Proceder de esta forma es como cortar las hojas de la hierba mala. Si no se arranca la raíz igual volverá a crecer.



¿El problema se resolvería aumentando el crecimiento y redistribuyendo rápidamente, de manera que todos tengan para aumentar su capacidad de consumo? Estamos viendo que no. Como dijo un economista de la década pasada. El crecimiento económico es como el semáforo de las avenidas, mientras los de adelante reaccionan siempre se demora tu partida, más aún si te encuentras muy atrás. Hasta aquí afrontamos un problema ciertamente coyuntural. Otro tema es si hablamos de los modelos y las políticas de desarrollo.



Fue Haya de la Torre quien planteó la aplicación de los conceptos de las ciencias físicas a la política. Víctor Raúl explicó que así como el espacio-tiempo tiene cuatro dimensiones, el desarrollo de un país también las tenía: economía, política, sociedad y finalmente, la cultura.



Un modelo de desarrollo debe arquitecturarse en base a esas cuatro dimensiones, interdependientemente, sistémicamente. Ninguno de sus aspectos puede estar divorciado del otro. Así el gobierno ya no es sólo una ciencia sino también un arte. Bueno, la sociedad peruana ha carecido hasta el momento de política cultural, que no es solamente la expresión artística o el conocimiento, o la aprehensión de costumbres exógenas. Por el contrario, la sociedad peruana tiene una cultura propia riquísima, producto de miles de años de devenir, enraizada fuertemente en la evolución de las poblaciones de la costa, la sierra y la selva. Siendo uno de los causales del fracaso de los modelos aplicados en nuestro país, la aplicación de recetas importadas que ignoraban la integridad de nuestro espacio-tiempo histórico, signado básicamente por nuestra cultura, lo que otros llaman el “alma nacional” o el “espíritu de la sociedad”.



La dimensión del reto de la política cultural del Estado, expresado a través del ministerio de Cultura, implica entonces no sólo resolver los problemas inmediatos, coyunturales del país, sino contribuir firmemente a crear las verdaderas condiciones para el despegue nacional, y ese gran reto de construir la patria indoamericana.





Lima, 05 de agosto del 2008

ARTÍCULOS DE OPINIÓN.

CURSO EN DESARROLLO INTEGRAL JICA - JAPON.

CURSO COHESIÓN SOCIAL Y LOS BICENTENARIOS. FIIAP - AECID.

PREMIACIÓN A LA MUJER CAJAMARQUINA

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