jueves, diciembre 06, 2007

La modernidad aprista.

Los portavoces de la infiltración derechista en el APRA, intentan presentarse como los gonfaloneros de la modernidad, intentando dejar a sus detractores como los exponentes del pasadismo ¿será esto verdad?

Nada más falso. La modernidad que enarbola el neoliberalismo al cual estos seudo apristas ahora se adscriben no es sino una modernidad “instrumental” que favorece al desarrollo tecnológico del capital, sin considerar verdaderamente el beneficio de las personas.

El proyecto original de la modernidad se concentró en torno a la liberación de la persona humana de todo tipo de dominación que restringiera el desarrollo libre de su espíritu. Sin embargo, en el camino fue desvirtuado por su sujeción a los instrumentos que creó el capitalismo, los mismos que se convirtieron en los nuevos amos del hombre. Este hecho fue cuestionado severamente desde Marx hasta Nietzche, desde sus propios puntos de vista.

Haya de la Torre y Antenor Orrego, no estuvieron exentos de hacer ese cuestionamiento, de ahí su insistencia a luchar contra la explotación del hombre por el hombre y del hombre por el Estado (ver Mensaje de la Europa Nórdica y el Prólogo a sus Obras Completas; en el caso de Orrego, ver Pueblo Continente y Hacia un Humanismo Americano).

Cualquier tipo de modelo que se formule en contra de la libertad del hombre, incluida la manipulación que plantea el consumismo del capitalismo actual, es antimoderno, por muy arropado de “modernismo” tecnológico que esté.

Ahora bien, no existe un único modelo de “modernidad”, eso lo dicen los filósofos y la historia. Es deber de los hijos de Indoamérica construir nuestro propio modelo de gestión y desarrollo integral. Ese es el reto de los verdaderos apristas.

Lima, 06 de diciembre del 2007.

Arturo Ojeda S.

miércoles, diciembre 05, 2007

Y HAYA TENÍA RAZÓN....

El día de hoy tomamos conocimiento de las expresiones del viceministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, el cual con respecto a la negativa de aprobación de la enmienda constitucional chavista, autocríticamente expresa: “ No supimos vender el modelo socialista. La gente asoció la propuesta como algo negativo. Se demostró que esta sociedad no está madura para el socialismo”.

Venezuela, por lo que se conoce de la experiencia, viene experimentando en carne propia las consecuencias de los devaneos de quienes no comprendieron el mensaje de Haya y Mariátegui sobre la peculiaridad de la evolución de nuestros pueblos y la inadecuada aplicación de doctrinas exógenas. Si Chávez y compañía siquiera hubieran estudiado El antimperialismo y el APRA, habrían tomado conciencia de que se puede hacer una revolución antimperialista sin intentar pasar por encima de la realidad indoamericana.

El propio vicecanciller venezolano más adelante ratifica: “quisimos meterle un acelerador demasiado intenso a la reforma y adelantar los cambios”. Ese voluntarismo le salió caro a Chávez y su proyecto “socialista”. No está demás recordar la relación del presidente venezolano con Fidel Castro, otro voluntarista caribeño. Ambos han pagado muy caro su falta de comprensión de la realidad social latinoamericana, uno arrinconado a su isla y el otro desautorizado por su pueblo.

No se especule con esto que discrepemos de la necesidad del cambio y la transformación social, de la revolución antimperialista, pero sí debemos reiterar que estos fracasos son hábilmente utilizados por las derechas del mundo para desacreditar todo intento de movilización política por el cambio social. En esa línea, cabe el severo llamado de atención a quienes propugnan la transformación social radical(Bolivia, Ecuador, Nicaragua) a enmendar rumbos, no caer en voluntarismos absurdos y encontrar la línea adecuada para lograr nuestra plena emancipación económica y social y conducir autónomamente los rumbos de nuestro destino. Hoy más que nunca, ante nuestros hermanos de las izquierdas democráticas del continente, debemos ratificar la vigencia ideológica del aprismo, a cuyo fortalecimiento, desarrollo y extensión en la América morena debemos dedicarnos todos los antiimperialistas indoamericanos.

Lima, 05 de diciembre del 2007.

Arturo Ojeda S.

domingo, diciembre 02, 2007

EN DEFENSA DEL APRISMO.

La última semana del mes de noviembre del presente año ha sido muy importante en términos políticos para el Partido Aprista y la política nacional. Por un lado, el Presidente García ha ratificado los cambios que deben de darse en el Estado para consolidar esta etapa de crecimiento económico con redistribución social; pero por otro lado se ha suscitado una importante huelga en el ámbito de los trabajadores portuarios que ha demostrado cuánto persisten vivos aún los “empresaurios” (tal como los denominara Diego de la Torre, organizador del CADE 2007). Al finalizar la semana se realizó una nueva versión del CADE con un tema reiterativo, la prosperidad con redistribución o, lo que es casi lo mismo, crecimiento con justicia social. Según lo indica el diario El Comercio que ha cubierto el evento, los empresarios reunidos en Trujillo han tenido que recordarle al gobierno nacional lo prioritario de comenzar a cumplir con los programas sociales más eficientemente. Es decir la tradicional derecha le ha recordado a los gobernantes apristas cuál es su deber histórico.
Pero no ha sido solamente la Conferencia Anual de Ejecutivos los que han recordado a los gobernantes cuál debería ser su prioridad, lo ha sido también la huelga portuaria, puerta de entrada y salida del Perú hacia el comercio global. Los estibadores del Callao –recinto tradicionalmente aprista- quienes deberían ser los primeros beneficiarios del crecimiento y la integración a los mercados mundiales, han denunciado cuál es el verdadero comportamiento del capital cuando se le deja suelto en plaza, el olvido de las leyes laborales y si pudiera también tributarias. La paralización portuaria ha demostrado así que no basta el crecimiento económico per sé para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. No olvidemos tampoco el caso de la minera Casapalca, otra joyita empresarial que intentó pasar por encima de sus trabajadores, a pesar de su boyante economía.
Estos casos han sido solamente una muestra de lo que pasa en la esfera social del país integrada al mercado global ¿qué será de los que no lo están (y quizás nunca lo estén)?
Hay algo que definitivamente no marcha bien en la estrategia social del actual gabinete, y lo venimos diciendo desde el mes de diciembre del año pasado (lo que ha costado caer en la congeladora). Pero esperemos que ahora que lo han reiterado los empresarios sí hagan caso (porque los apristas, parafraseando al vicepresidente Giampietri, parecemos ciudadanos de segunda categoría).
Y ahora que hablamos del aprismo, fuimos convocados a una marcha en defensa de la Paz y la Democracia y asistimos como disciplinados soldados a cumplir con nuestro deber, junto con centenares de pobladores de los programas sociales que hemos heredado del gobierno anterior. A propósito del tema, la señora Cecilia Blume se dio el lujo, en la tierra de nuestro fundador y jefe, de decir que en el Perú no había Partidos políticos sino maquinarias electorales – en eso nos hemos convertido?. Una nueva cachetada, en la otra mejilla, que recibimos los apristas.

Después de todo lo que he comentado me pregunto ¿cuándo empezaremos a defender lo nuestro los apristas? ¿Cuándo recuperaremos la grandeza de nuestro Partido, otrora orgullo de generaciones y luchadores sociales? No podemos esperar mucho tiempo si no queremos someternos a una nueva y quizás definitiva derrota electoral en las próximas elecciones municipales y regionales, que estará aquí a la vuelta de la esquina, en el 2010. El país entero invoca la educación como arma para el desarrollo, y nosotros mismos no cumplimos con la elemental formación ideológica y doctrinaria de nuestros militantes, sólo convocados para marchas y campañas electorales –como se murmuraba en la movilización del día jueves.

Es hora de comenzar a organizarse y prepararse para el próximo Congreso nacional del Partido, el cual volvemos a exigir categóricamente desde aquí. Congreso Nacional cuya agenda incluya el debate ideológico, programático y estatutario. Un Congreso que no debe ser electoral, la elección de la nueva Dirección nacional debe ser mediante el sistema de un aprista, un voto y con debates ante la opinión pública. Basta de negar a los apristas los derechos que tienen todos los ciudadanos de conocer y discutir los problemas de su organización.

Lima, 2 de diciembre del 2007.

CURSO EN DESARROLLO INTEGRAL JICA - JAPON.

CURSO COHESIÓN SOCIAL Y LOS BICENTENARIOS. FIIAP - AECID.

PREMIACIÓN A LA MUJER CAJAMARQUINA

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