sábado, enero 05, 2008

¿Por qué ahora se recuerda a la FAJ?

(En memoria de los jóvenes apristas hasta su muerte).

Eran mediados del año de 1983 y acababa de ser elegido un nuevo Comando Nacional de la JAP. Entre otros lo integrábamos Miguel Facundo, Miguel Rosas, Arturo Cornejo, Johny Robles, Ciro Muñoz, Ricardo Lara, Gustavo Palomino y el suscrito. Nuestra bandera de campaña había sido reivindicar una posición generacional, una identidad juvenil. Hasta ese momento los debates en la juventud eran en torno a posiciones ideo-políticas, muy pegado a los debates de los adultos del PAP. Ante los serios problemas de la época, nuestro diagnóstico fue que los problemas del partido se debían a la falta de consecuencia de los adultos. De ahí que planteamos un “corte generacional”. Nosotros debíamos ser la nueva generación que Haya invocó a la primera organización juvenil aprista, constituida en 1934 y cuyo primer secretario general fuera el legendario Armando Villanueva.

Hasta ese entonces las celebraciones de la JAP se hacían el 23 de Mayo, aniversario de la alianza obrero-estudiantil, y el día de la primavera en setiembre, mes tradicional dedicado a la juventud. Nuestro Comando políticamente quiso reivindicar una fecha y convertirla en tradición histórica. Años antes, por la Historia Gráfica del Aprismo, publicada por Andrés Townsend, supimos que el primer organismo juvenil aprista había sido la Federación Aprista Juvenil, la misma que se había juramentado un 7 de enero de 1934 en la calle Pobres de Lima. Cuando Víctor Raúl tomó el juramento a Armando Villanueva y su comando, les planteó un reto a ellos y a todas las promociones juveniles venideras: “QUIERO QUE VENGAN GENERACIONES NUEVAS, QUE NOS SUPEREN Y NOS VENZAN”. Reivindicando y asumiendo ese mandato, el equipo que postuló y ganó el congreso Japista de 1983 se autodenominó NUEVA GENERACIÓN.

Pero bueno, ya habíamos sido elegidos y era la hora de comenzar a movilizar a la juventud, reorganizamos comandos, los formamos donde no habían, todo muy rápidamente, bajo un plan y un objetivo orgánico y político, al cual se abocó todo el Comando Nacional: celebrar los 50 años de la fundación de la FAJ, los que se cumplían en 1984. Y debíamos hacerlo de la forma más generacional posible, con un mitin propio de jóvenes en las calles de Lima. El plan lo formulamos y aplicamos “milimétricamente”. Cómo quisiera el partido que ahora se planificara y ejecutara como lo hicimos nosotros en aquella época!!!

Los comandos jap debían hacer ceremonias en sus respectivos comités, reivindicando la antigüedad del organismo juvenil. En Alfonso Ugarte programamos una actividad el jueves 5 de enero donde rendimos homenaje a los dirigentes de la FAJ, muchos de los cuales continuaban vivos. Fue una noche maravillosa en que japistas y adultos repletamos el Aula Magna, unidos en un solo espíritu con quienes entregaron los mejores años de su juventud a una causa de justicia. Nunca antes habían sido homenajeados y reconocidos!!!

Al día siguiente, el viernes 6 de enero de 1984, los comandos de la JAP y el CUA se preconcentraban en tres lugares, si la memoria no me es ajena, en la Plaza del Congreso, en la Plaza Manco Cápac y en la Plaza de Jesús María. Cada preconcentración llevaba el nombre de un mártir de la Juventud: Manuel Cerna Valdivia (fajista de 1934), Juan Mclean Bedoya (japista de 1945) y Marco Antonio Ayerbe (japista cusqueño muerto de un balazo de la policía en 1981). Todas las generaciones juveniles estaban representadas simbólicamente. Los coordinadores de la movilización fueron todos jóvenes, entre otros: Mayta Alatrista, Viviana Saravia, Carlos Valdéz, César Cámara, Magno Mendoza, Eduardo Polleri, Javier Hurtado, Pedro Quispillocya. Como todo capital para el conjunto de actividades, el partido nos hizo entrega de la suma de mil soles, que harían el equivalente de cuatrocientos dólares de hoy.

A las 6.30 p.m. comenzaron a confluir hacia la Plaza del Óvalo de Breña, lugar que habíamos elegido para realizar nuestro mitin juvenil. Siendo las 8 de la noche aproximadamente, llegó el entonces secretario general del Partido, c. Alan García, caminando por medio de la Av. Venezuela, faltando una cuadra tuvo que subir a un jeep descapotado del buró de organización de la JAP, porque ya era demasiada la gente que había en la Plaza del Óvalo. Se estima que concurrieron al mitin de 8 a 10 mil jóvenes, era un mar de cabezas castaño oscuro, en lo que fue la reivindicación de una fecha que, como muchas otras, había quedado en el olvido. Esa noche marcó la verdadera partida de nacimiento de una generación que a lo único que aspira es a cumplir el reto y a la vez mandato de Víctor Raúl.

Para las nuevas juventudes de hoy, cada 7 de enero debería convertirse en el Día del Compromiso con el reto que nos dejó Haya de la Torre, construir la nueva sociedad de justicia y libertad, por la que nuestros héroes y mártires lucharon hasta su muerte.

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