EL REENCUENTRO DE HAYA CON MARIÁTEGUI.

En horas de la mañana tomamos conocimiento de la designación de Yehude Simons como Presidente del Consejo de Ministros. Este hecho representa un hábil giro de timón del Presidente Alan García respecto a la primera etapa del Gobierno. Y no era para menos, la evolución de la situación política nacional e internacional así lo exigía. Así lo dijimos con absoluta claridad el día de ayer en nuestro Pronunciamiento, difundido en las redes apristas de Internet:

“Definitivamente, a partir de ahora, el Mundo tendrá un viraje hacia posiciones progresistas que impliquen más participación en la economía no sólo del Estado sino también de la Sociedad Civil organizada. Y esa línea debería de tenerla también el próximo gabinete ministerial”.

Es así, el Mundo virará hacia posiciones progresistas con mayor participación del Estado y la Sociedad Civil en el mundo económico. Y esa es la posición de una izquierda democrática. En lo personal apuntaba al nombramiento de un o una militante aprista al Premierato, pero debo manifestar que saludo la designación de Simons Munaro si ello representa el viraje hacia posiciones progresistas en la conducción del Gobierno.

Saludo por otra parte la posición expresada por el nuevo Premier al expresar que él viene a impulsar el reencuentro de Haya con Mariátegui. Posición que también he impulsado y puesto por escrito en mi nuevo libro MODERNIDAD, CULTURA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL Como demuestro en el libro, la lógica de la evolución de la sociedad peruana está en la línea planteada por los portaestandartes de la generación centenario, Víctor Raúl y José Carlos, sustantivado en un concepto realmente indoamericano: APRISMO.

Lo reitero, el aprismo, como movimiento ideológico, doctrinario, político y cultural, está más vigente que nunca. Pero como producto de la propia evolución social y no precisamente por un trabajo de movilización y construcción social partidario. Es decir, los apristas no estamos a la altura del legado ideológico de nuestros fundadores. El giro de timón en el gabinete le da un nuevo aire al gobierno. No obstante, ello no resuelve la imagen del partido ante la ciudadanía, donde ahora más que nunca la opinión es sumamente negativa.

La crisis presentada en estos días debe llevar a la toma de conciencia y a la decisión de todos y cada uno de los apristas a hacer una severa autocrítica de la forma en que hemos estado desenvolviéndonos. Éste no es un tema que pueda resolver la cúpula dirigencial, es más ellos son parte del problema. La salida está en la actitud que deben adoptar los militantes para el cambio inmediato y de raíz en el Partido. Es el momento en que los militantes nos movilicemos a los Comités Partidarios para impulsar la autocrítica y promover la toma de decisiones por el cambio de los dirigentes incapaces y cuestionados a todo nivel, desde el de base hasta el nacional.

Respecto al gobierno, habrá que esperar como termina de constituirse el Gabinete. Los apristas debemos insistir en la conducción como mínimo de los sectores sociales, pero con militantes que no pertenezcan a las panacas actualmente existentes, que son las que se repartieron el poder con los resultados ya conocidos. Son miles los militantes marginados por no haberse adscrito a alguno de los “ismos” partidarios. El Apra tiene cuadros políticos y técnicos de valía, desde el nivel de dirección hasta el operativo. Es el momento de darles también la oportunidad.

La tarea en la hora actual se concentra en recuperar la grandeza del Partido, conjuntamente con su línea política de izquierda democrática, haciendo de ella no un recurso retórico sino una práctica concreta, en lo técnico, lo político y lo social. Esos son los tres niveles de nuestra acción inmediata. Todos sabemos que con un partido fuerte el respaldo para tener mayores espacios de gobierno y poder será contundente.

Lima, 11 de octubre del 2008.