FRENTE A LA CRISIS ACTUAL.

PRONUNCIAMIENTO

“Con la verdad,
Ni temo ni ofendo”.
M. González Prada.


En mi condición de militante aprista de conciencia libre y ante los difíciles momentos que pasa el Perú y el Partido del Pueblo, considero necesario expresar ante la Comunidad Aprista lo siguiente:

1º La crisis actual que sufre el Gobierno fue oportunamente advertida, habiéndose hecho las propuestas para prevenirla. En el año 2006, en plena campaña electoral, por medio de un artículo de opinión, titulado “¿Cómo ganar el Mundo Andino?”, presentado en La Tribuna, y luego reproducido en mi publicación Renovando el Aprismo, manifesté el afán ciudadano por “valores, política de valores, es lo que exige nuestro país para iniciar la recuperación y el desarrollo de nuestras capacidades colectivas e individuales” (Idem., p. 27).
2º Con respecto a la relación entre el Gobierno y la ciudadanía, en especial a lo referente a las políticas sociales, también se ha venido insistiendo en la inconsistencia de las mismas, fundamentalmente por tener sesgos asistencialistas, careciendo del adecuado enfoque cultural que posibilite la eficaz promoción y movilización económico-social.
3º Respecto a la política económica, el fracaso evidente de las políticas neoliberales han llegado hasta su propio foco de irradiación, Wall Street, paradójicamente traducido al castellano como “Muro de la Ciudad”. Bueno, éste es el segundo Gran Muro que cae en la historia reciente, con el agravante que siempre toca cuando somos gobierno. Empero, la generación de los 80, llegada a su edad madura, no puede permitir que se cometan los mismos errores que en 1989, de desconocer la dimensión de los hechos. Definitivamente, a partir de ahora, el Mundo tendrá un viraje hacia posiciones progresistas que impliquen más participación en la economía no sólo del Estado sino también de la Sociedad Civil organizada. Y esa línea debería de tenerla también el próximo gabinete ministerial.
4º En el Partido Aprista la crisis es más grave aún. Los hechos denunciados y que implican a un compañero que tenía predicamento en las esferas políticas institucionales, no hace sino demostrar que el suyo era un comportamiento estructural en el Partido. En los últimos treinta años, contrario a toda la precedente historia política del Partido, se ha difundido la idea que el “dirigente político debe tener dinero, sino para qué hace política”. No importa cómo lo consiga ni de dónde lo consiga. El tema es que lo tenga. El dinero vino a reemplazar la preparación ideológica, la calificación técnica, la consecuencia política, la lealtad partidaria. La militancia política fue reemplazada por el clientelaje político, donde todos “tenían su precio”. Lo que ocurre ahora no es sino un efecto de esa causa.
5º Frente a la crisis mundial y del modelo neoliberal, la derecha enajenante y la ultraizquierda vocinglera, pretenden sacar provecho intentando desaparecer al Aprismo. La derecha, porque somos la verdadera salida al fin del neoliberalismo, y la ultraizquierda porque sin nosotros en medio se agudizarán las contradicciones que ellos necesitan para sus proyectos extraviados. En esta situación, ratifico lo que vengo diciendo en los Comités Apristas: Hoy más que nunca SÓLO EL APRISMO SALVARA AL PERÚ. El aprismo visto como gran movimiento ideológico, doctrinario y moral, tal como lo construyó la generación fundadora.
6º En circunstancias como las actuales, en que las propias instituciones partidarias también se encuentran en cuestión, debemos hacer un llamado a la reconstrucción partidaria. Pero una reconstrucción de abajo hacia arriba. De nosotros mismos, haciendo una severa autocrítica de cómo hemos venido desarrollando nuestra actividad política. Hay que acabar con los paradigmas fracasados y corruptores del clientelaje político y mercenario. Debemos reconstruir la moral del militante aprista, que nos lleve, como decía un joven dirigente universitario, a recuperar la humildad de tocar puerta por puerta, difundiendo el mensaje espiritual y político del aprismo.
7º El clamor por un Congreso Nacional es generalizado. Empero, si fuese como los últimos, un remedo de democracia, no serviría para nada. Aboquémonos a agruparnos en células autónomas, estudiemos la obra ideológica del aprismo, reconozcamos nuestros errores y establezcamos las acciones correctivas en la praxis política, individual y colectiva. Hagamos mayor uso constructivo de las redes apristas en el Internet. En ellas está el Partido hoy en día, pero por lo mismo la calidad de sus diálogos reflejan nuestra verdadera situación.

Compañeras y compañeros:

Si algo debemos rescatar de toda esta situación presente, es que desde el aprismo militante de base se reconoció lo que se venía y oportunamente se le notificó a la dirección nacional. La militancia aprista está exenta de culpa de lo que viene ocurriendo. Recordemos el apotegma de Víctor Raúl: “No hay pueblo a masa buenos o malos, sólo hay dirigentes buenos o malos”. Con esta convicción marchemos unidos, como lo canta uno de los himnos de la juventud, a la reconstrucción de la grandeza histórica del Partido que nos legó Víctor Raúl.

Apristamente,


Lima, 10 de octubre de 2008.